Convivencia en paz y mediación educativa

Convivencia en paz y mediación educativa

Escrito por: María del Mar Oriol

Una buena derivación a mediación es un auténtico cortafuegos

La convivencia en paz es una aspiración universal, al menos de la mayoría. Aspiración que tiene su Día internacional señalado el 16 de mayo.

Instituciones y ciudadanía de países, ciudades, barrios, buscan los medios y trabajan por conseguir la anhelada convivencia fomentando relaciones interpersonales e institucionales sin crispación, sin enfrentamientos, sin descalificaciones, en definitiva, sin violencia.

Los que trabajamos en la gestión positiva de conflictos, a través de la mediación, sabemos bien lo trascendente de las pequeñas acciones.

Desde la familia a la empresa, desde lo sanitario a lo comunitario, de lo vecinal a lo educativo, en todos estos contextos se consigue, a través de grandes o pequeños acuerdos, crear espacios de paz.

Este entramado de sistemas se entrelaza y repercute permeando unos a otros. Si las cosas van mal en la familia, el malestar de sus miembros se proyectará en sus trabajos, entornos sociales etcétera. Y viceversa, un conflicto en la empresa hará que los implicados trasladen ese malestar a sus círculos de influencia: familia, amigos y demás.

En muchas ocasiones y de forma precipitada, pequeños desencuentros del día a día pueden extenderse como el aceite “pringando” a su paso todo cuanto toquen. Pueden ser la chispa que provoca un gran incendio si no existe un cortafuegos o esa chispa no se apaga a tiempo.

La mediación educativa es, sin duda, poseedora de multitud de virtudes que se materializan en forma de mejora sensible de la convivencia en el contexto educativo y su entorno.

Son muchos los beneficios de conocer e implantar la mediación educativa en los centros educativos,  como colegios, institutos, universidades, y demás centros de enseñanza.

No voy a enumerar todos y cada uno de estos beneficios, sin embargo, sí me gustaría resaltar la trascendencia de una buena derivación a mediación, en tiempo y forma, por aquellos agentes clave como puede ser, en el caso que os voy a relatar, la dirección del colegio.

Creo que a nadie se nos escapa el hecho de entender cómo los conflictos entre las niñas y niños, en los colegios, pueden escalar aumentando su intensidad y consecuencias, pasando de ser un problema entre peques a convertirse en un grave asunto entre los respectivos padres y madres que se ven inmersos rápidamente.

Los conflictos suelen irse de las manos si no se gestionan de forma correcta.

El momento en el que se interviene suele ser también determinante para evitar males mayores. Así existe la triste proporcionalidad entre el tiempo que trascurre sin actuar y el alto grado de intensidad alcanzado por el conflicto, que lleva implícita la implicación de nuevos protagonistas en el mismo, aumentándolo.

La mediación educativa entre iguales resulta muy eficaz y educativa, valga la redundancia. Sin embargo, en ocasiones puede ser necesaria la intervención de adultos e incluso de profesionales de la mediación que afronten de forma eficaz un asunto más complejo.

Hace no mucho tiempo, en un colegio de Madrid, dos niños de 12 años se enfrentaron a raíz de la desaparición de un estuche. El dueño del estuche y el señalado como supuesto hurtador se enfrascaron en una fuerte disputa, con la suma de aliados por parte del propietario del objeto desaparecido.

Pasado poco tiempo, a través del móvil, comenzaron los ataques con mensajes insultantes.

El hecho trascendió rápidamente a las madres que, en reacción por lo sucedido, se enfrentaron duramente en defensa de sus hijos.

El tema tomaba un cariz preocupante que estaba repercutiendo negativamente, por un lado, en el ritmo escolar de la clase de los protagonistas y, por otro, en todo el entorno educativo implicando a compañeros/as, profesorado, familias y dirección.

Independientemente, o mejor dicho, en paralelo a la adopción de acciones oportunas tomadas por la aplicación del sistema disciplinario del centro, la dirección valoró darle un trato integral al conflicto.

Por suerte, este centro había apostado por la formación en mediación. Esta formación había permeado en la filosofía del colegio como un herramienta útil y necesaria capaz, no solo de gestionar, sino también de prevenir y solventar situaciones, antes de perderse en otros espacios, como pueden ser las denuncias penales. Hago la aclaración, he podido presenciar cómo pequeños conflictos escolares han escalado a las familias acabando en agresiones y denuncias en los juzgados.

Volviendo al caso de los chavales, la dirección del colegio, hábil y rápida, pensó que la mediación entre las madres podría ser un buen cortafuegos de la situación. Y así se hizo. Tras contactar con la mediadora y posteriormente con las madres implicadas, ambas de forma voluntaria, aceptaron y se reunieron en una sesión de mediación en las propias instalaciones del colegio.

En ese encuentro, tras informarles detalladamente del desarrollo de la mediación y aceptar participar, tuvieron la oportunidad, en primer lugar, de conocerse personalmente en un entorno neutral, sin injerencias, con una comunicación positiva y participando de forma equilibrada. Pudieron, tranquilamente, exponer la situación y preocupaciones de cada familia respecto al tema. Encontraron desahogo por la situación vivida, que les estaba generando gran angustia y malestar. Juntas buscaron posibles soluciones pensando qué les gustaría que ocurriera y qué estarían dispuestas a hacer para que sucediera.

De esta forma llegaron a varios acuerdos y hubo momentos muy especiales de disculpas y reconocimientos.

La chispa que se estaba convirtiendo en llama, y que prometía extenderse rápidamente devorando mucho a su paso, fue eficazmente sofocada.

Por otro lado, también se contó con la colaboración de los agentes tutores.

Los Agentes Tutores de la Policía Municipal de Madrid trabajan en la protección de los menores y garantizan la seguridad en el entorno escolar y familiar, haciendo una labor de escucha, apoyo, intervención y prevención con el menor y las familias.

Si volvemos al principio del relato, convivencia en paz como aspiración universal y pensamos, ¿qué podría haber pasado, en el peor de los casos, con la situación sucedida en este colegio? Niños que se pelean, compañeros/as que se unen creando bandos. Se implica a las familias que, a su vez, crean nuevos conflictos de mayor nivel que acaban con enfrentamientos y denuncias. El clima en el barrio se vea afectado, ya que se suele dar la circunstancia de que las familias viven en el entorno cercano del centro educativo. Además, si los niños o familias frecuentan cualquier otro entorno comunitario como lugares deportivos, de ocio, asociaciones, parroquias, centros culturales, todo este malestar puede trascender y generar nuevos enfrentamientos. De este modo una situación que se inicia con un pequeño conflicto entre chavales puede ser el detonante para desestabilizar la convivencia pacífica del entorno del colegio.

Hay algunas ideas que me gustaría destacar:

  • Por un lado, la necesaria y acertada actuación de la dirección del centro en detección, análisis y derivación a mediación, actuando como verdadero cortafuegos, y propiciando de esta forma la gestión positiva del conflicto. Con su acción, la dirección contribuyó al beneficio común y este acto repercutió positivamente en la convivencia pacífica de la comunidad, no solo educativa, sino también de todo el entorno comunitario.
  • Como madres y padres, la forma colaborativa de enfrentar y gestionar el conflicto es un magnífico ejemplo para nuestros hijos e hijas de no violencia. Seamos modelos.
  • Desde aquí invito a los centros educativos a que sean proactivos en el trato y gestión de los conflictos y que los deriven a profesionales cuando sea necesario. Actuar a tiempo es, sin duda, lo más inteligente.

Siempre existe una posibilidad para intentar gestionar los conflictos con enfoque colaborativo, sin enfrentamiento, pudiendo encontrar una solución.

Ya lo decía El Quijote:

“Siempre deja la ventura una puerta abierta en las desdichas, para dar remedio a ellas”.

Las personas que trabajamos en mediación os invitamos a pasar.

María del Mar Oriol

Vocal de Mediación Socio-Comunitaria de la AMM

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  • Posted by AMM
  • On 5 de mayo de 2021
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