Escrito por: Rocío Sampere

café para todos, no

No conocíamos lo que era conciliar en una sistema en el que nadie gana,  porque nos enseñaron a ser beligerantes: el mejor era el que ganaba.

Y llego el momento en el que se dieron cuenta que una forma de desatascar los tribunales era acudir a la mediación, estamos en el escenario de la Ley 5/2012.  Aunque hubiese sido mejor que se pensase que la razón primera era que el ciudadano estaba preparado para debatir, comunicarse y decidir, con estos argumentos la razón sería el reconocimiento del individuo.

Y a partir de ahí nos dedicamos a formarnos, cursos de capacitación que nos trajeron aires nuevos e incluso nos convencieron.  En lo que creo que todos los mediadores coincidimos, es en que nos capacitaron y nos abrieron nuevos espacios en los que creemos firmemente.

Ahora tenemos muchos mediadores preparados, aunque con una calidad de la que dudan porque aún no hay muchas oportunidades de practicar.

Y por si fuera poco, ahora nos dicen que va a ser un requisito de procedibilidad un MASC, es decir, que antes de acudir a un tribunal hay que intentar un “método adecuado de resolución  de conflictos” y nos añaden a la fórmula mediación, la conciliación, el arbitraje, la negociación….

¿No os parece que tenemos un cuello de botella?

Estamos en un proyecto en el que todos opinan y coordinando y esperando, no se avanza. ¿y quién pierde? Sin duda el ciudadano.

Se habló mucho del cuello de botella tras el covid, los economistas del Banco Central Europeo lo explicaban como que cuando la demanda supera la oferta disponible,  los desajustes provocan falta de suministro o incluso la complejidad de las cadenas de suministro provocan desajustes entre la oferta y la demanda.

¿Y qué impacto tiene en la mediación el cuello de botella ? Pues sin duda reduce la actividad  y como consecuencia  reduce su calidad. Y si además nos hacen competir con otros productos tan diversos, ¿cómo deberíamos actuar?.

¿Una solución sería si frecemos el producto a precio bajo? Una estrategia de marketing recomendada es bajar precios, es la tendencia al “low cost” y la sensación es que solo puede ofertarse un precio bajo si reduces costo en tiempo o material,  si no es “ir a pérdidas”, bajar calidad. Los expertos dicen que en determinadas materias no es aceptable bajar precios. Creo que la mediación es uno de estos “productos” en los que no se puede “rebajar”. La calidad ante todo, la mediación tiene un estatuto regulado en la ley que nos exige el sometimiento a principios el más significativo en cuanto a calidad es el de eficacia.

Tengo la esperanza de que al final sea el consumidor quien decida.

El comportamiento y los intereses de consumo  de las personas se modifica a medida que adquieren conocimiento por ello es necesario  difundir el sistema y por supuesto, conseguir que el ejemplo de quienes se han sentado en una mesa de mediacion cuenten su experiencia.

Maslow [i] jerarquizaba las necesidades del individuo y en la punta de la pirámide situaba las “necesidades de autorrealización” y en ellas: lograr metas, solucionar problemas, ser creativos, auto superación, ampliar horizontes, superar prejuicios, desarrollo personal… y las consecuencias del progreso social y la mayor sabiduría del individuo provoca necesidades cognitivas que no pueden ser satisfechas con sistemas anclados en el pasado.

No puede ser la fórmula:  “café para todos”.

Nunca la mediación podrá ser igual que los métodos heterocompositivos, porque la autocomposición motiva la responsabilidad, el reconocimiento de quien decide dar, recibir, escuchar, proponer… que es siempre es el propio interesado, y precisa tiempo, escucha, de todos a todos, se necesita un mediador entregado, capacitado y un proceso estructurado. Y siendo las partes las protagonistas no hace falta regular más. Ya en el 2012 el legislador dictó una norma que regula la mediación, a los mediadores, al proceso y con esta norma el consumidor está seguro. Necesitamos que para los mediadores se quite ya el tapón de la botella.

El conciliador: ofrecerá soluciones

El negociador: ofrecerá soluciones

El árbitro, dictará un laudo

El experto independiente, emitirá un informe

El mediador, sentará a las partes, les escuchará, potenciará la comunicación, les pedirá proponer soluciones, y el resultado será,  si lo consiguen, un acuerdo decidido por las propias partes.

[i] https://www.sanfelipe.edu.uy/wp-content/uploads/2017/04/Teor%C3%ADa-de-Maslow-de-EVA-Udelar.pdf

Rocio Sampere

Directora Instituto Mediación AMM (IMAMM)